jueves, 4 de agosto de 2011

Centenario de su nacimiento

En 2011, con motivo del centenario del nacimiento de José María Arguedas, se programaron diferentes actividades en honor al novelista indigenista. La primera de ellas fue la propuesta de que el Gobierno del Perú declare el 2011 como el Año del Centenario del Nacimiento de José María Arguedas, sin embargo, ésta fue dejada de lado y el 31 de diciembre del 2010 el presidente Alan García declaró el año entrante como Año del Centenario de Machu Picchu Para el Mundo, al conmemorarse también el centenario del redescubrimiento de la ciudadela inca en el 2011. La polémica sobre esta decisión continuó, puesto que muchos opinaron que fue una mezquindad no otorgarle el 2011 a uno de los más grandes estudiosos del Perú profundo.
El día de su centenario, 18 de enero, se realizaron diversas actividades en su homenaje. En Lima, se organizó un pasacalle a cargo del TUC que salía del Congreso de la República, por la avenida Abancay, hacia el Parque Universitario, con el uso de carromatos, zancos, personajes típicos de la literatura arguediana. Allí se presentó la Acción Escénica que tomó textos, testimonios, poemas, fragmentos de obras, y figuras, como la del Zorro de Arriba y el Zorro de Abajo, usando máscaras, y un gran despliegue de actores. Luego se trasladaron a la histórica Casona de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, donde el Ministro de Cultura inauguró la muestra Arguedas y el arte popular.
En Andahuaylas, Apurímac, más de 5 mil personas desfilaron en un pasacalle por la ciudad desde las siete de la mañana acompañados de bailes folclóricos y la favorita de Arguedas, la Danza de tijeras. La celebración comenzó con una misa a las 7 am oficiada en quechua en la Iglesia de San Pedro, seguida de un repicar de campanas.[19]
En Bermillo de Sayago, población que le sirvió de estudio para su Tesis Doctoral Las Comunidades de España y del Perú, se realizó un Homenaje con el lema: Perú en el "Alma Sayaguesa", Bermillo de Sayago 1958, a la luz de Arguedas.
A lo largo del año 2011 se hicieron otras actividades en homenaje del escritor, pensador, investigador y gran peruano.

EL MENSAJE PLURICULTURAL DE LA OBRA DE JOSÉ MARÍA ARGUEDAS

Jose Maria Arguedas un famoso escritor y antropólogo peruano intento mostrar el pueblo quechua y mestizo en lengua castellana mediante sus obras ya que en ellas nos mostraba la realidad del indígena sus tradiciones, costumbres, etc. Como bien sabemos Arguedas vivio por muchos años con los indígenas ya que gracias a los castigos de su madrastra el tenia que irse a la cocina con los indios, pero el los quería como su familia ya que su madrastra no le daba ese cariño ni ese amor que el necesitaba al contrario ella lo maltraba mucho y lo explotaba, cuando su padre regreso de sus viajes y se lo llevo a varias partes del peru pudo conocer mas de la diversidad de este y quedo fascinada por las inmensas riquezas que tenia nuestro país es por eso que en sus obras resalta mucho la diversidad cultural de nuestro país y la realidad del indio para que asi no lo menospreciemos ni nos sintamos menos por ser cholos porque eso es lo que realmente somos y deberíamos estar orgullosos de serlos, es por eso que ahora les mostrare el mensaje pluricultural de la obra de Arguedas para que asi podamos valorar sus obras y lo que expresaba en ellas
Arguedas nos dejo muy en claro que en nuestro pais el quechua es una lengua que se ha dejado de lado, y por encima de todas se encuentra el español, por eso para Arguedas lo ideal hubiese sido que se digan las cosas en lengua amerindia la cual ha sido minorizada por nosotros mismos  pero a la vez era consciente de que eso no podía ser así por lo mismo que el “poder lingüístico” lo tiene el español, entonces su fin fue buscar la expresión en español pero que a su vez tenga como base el quechua. Es así como Arguedas pone de manifiesto en su obra “Agua” a un mestizo que por necesidad aprende a la fuerzas el castellano, ya que no encontraba otra salida.
En Los ríos profundos, de 1958, propone la dimensión autobiográfica como clave interpretativa. En esta obra se nos muestra la formación de su protagonista, Ernesto (que recobra el nombre del niño protagonista de algunos de los relatos de Agua), a través de una serie de pruebas decisivas. Su encuentro con la ciudad de Cuzco, la vida en un colegio, su participación en la revuelta de las mujeres indígenas por la sal y el descubrimiento angustioso del sexo son algunas de las etapas a través de las cuales Ernesto define su visión del mundo. El mundo de los indios asume cada vez más connotaciones míticas, erigiéndose como un antídoto contra la brutalidad que tienen las relaciones humanas entre los blancos.
Los ríos profundos es la representación de las venas de la tierra, es el elemento de unión entre culturas; y profundos, lo profundo es lo hondo, lo más alejado, lo puro, en ese sentido los rios profundos representaría a la sangre que baja de la sierra de aquel mundo olvidado por que nosotros lo creemos lejano o talvez porque nos lo hacen creer, ese mundo es el mundo de nuestra raza indígena. Para muchos Los ríos profundos es para muchos la síntesis más perfecta del mundo andino y el español. Su autor, el escritor y antropólogo peruano José María Arguedas, concibe toda su literatura alrededor de un proyecto: un país dividido entre dos culturas que deben integrarse en una relación armónica de carácter mestizo. Y resulta ser en esta obra, Los ríos profundos, donde mejor se plasman los grandes dilemas, angustias y esperanzas que ese proyecto plantea. Se trata de una novela de formación articulada sobre dos pilares estructurales de dilatada tradición literaria, como son, por un lado el motivo del viaje y por el otro el del héroe adolescente que protagoniza el tránsito de la infancia a la edad adulta. Ambos motivos son de fácil rastreo a lo largo de la literatura, tanto aislados como combinados, arrancados, desde la Biblia y la épica clásica, pasando por la picaresca hasta llegar a la literatura del siglo XX. El viaje de Ernesto, el protagonista de la novela, pasa por tres etapas. La corta estancia en Cuzco conforma la primera etapa del viaje iniciático de Ernesto; Cuzco es ciudad sagrada y centro del mundo en el que se unen cielo y tierra. La segunda etapa es el largo peregrinar del protagonista siguiendo los pasos de su padre por toda la geografía del Perú. La estancia en Abancay constituye la tercera parte del viaje del protagonista; Abancay romperá la idea del orden natural que Ernesto había aprendido con los indios, porque en esa ciudad aparecerá materializado el mal. La última etapa del viaje de Ernesto consiste en la vuelta a emprender el camino que lo integra con las sierras, los ríos y el pasado, pues ese será, paradójicamente, su futuro. Son dos los narradores que relatan los diferentes capítulos de la novela. Uno es el mismo protagonista que narra su historia interior, y el otro es el narrador que narra la historia global. Pero se trata de un narrador no del todo omnisciente, de una omnisciencia restringida que no cuenta más allá de lo que podría saber Ernesto. Se ha vuelto común en la bibliografía señalar deficiencias en la organización de Los ríos profundos, inclusive entre aquellos que enaltecen su esplendor estético y la consideran la mejor novela de Arguedas. Pero lo cierto es que lo que menos le falta a esta novela es una estructura definida, ya que no sólo dispone de una, sino de dos. Paralelo al deambular por el Perú y al proceso de formación de Ernesto, se halla un sistema de planos que, a veces interpuestos entre ellos, dan la clave al verdadero significado de la novela.
Él trata de alguna manera dar a conocer a los demás que así como hay grandes libros que están escritos en español, se puede dar en la lengua quechua, que ya no la sigamos viendo como algo raro pues al fin y al cabo es nuestro idioma base empleado por nuestros antecesores, los incas. Y ahora algunos hasta vergüenza sienten de él, pero todo ha sido culpa de nosotros, ya que perteneciendo a una misma nación hay discriminación entre nosotros mismos. Por ejemplo, si viene una persona de la sierra a la costa nos burlamos de su forma de hablar o por su manera de vestir, ya que los costeños se creen los superiores y los que saben más que esos “cholitos” como algunos los llaman, cuando en realidad ellos son los ignorantes al no saber que pronuncian palabras erróneas y que para ellos está bien pero que en realidad no es así. Uno hasta podría dejar pasar que una persona extranjera discrimine a alguien de nuestro país y que sea quechua hablante, pero entre nosotros mismos me parece que es algo absurdo, pues en vez de que haya una unión entre los miembros de un mismo país, hay una mayor distancia entre los integrantes que conforman las tres regiones peruanas. Si seguimos así, nunca habrá un progreso en nuestro país y aún así nos seguimos quejando de que porqué todo el tiempo seguimos en la misma situación, pues la respuesta está delante de nosotros mismos. Si bien es cierto, nosotros no somos los principales autores que hayan ocasionado que dejemos de lado nuestra lengua materna  porque fue con la llegada de los españoles quienes vinieron a imponer su idioma, y si no era por las buenas, entonces por las malas. Felizmente, si hubo personas que a pesar de todo eso, siguieron usando a escondidas de ellos nuestro idioma original porque si eso no hubiese sucedido hoy en día el quechua estaría extinto. Por otro lado, si continuamos con esa actitud arrogante de burlarnos del quechua o cualquier otro idioma que haya en el Perú que sea diferente del español, con el pasar del tiempo esas personas van a querer aprender a la fuerza el español porque no les queda de otra, hasta que realmente las otras lenguas lleguen a su fin.
Debido a que el quechua es un idioma prácticamente ignorado por los peruanos, Arguedas quiso manifestar a través del español la cultura indígena y los pensamientos de sus pobladores, para ello también Arguedas empleó palabras en quechua.
Él en sus obras no busca necesariamente el uso de un estilo formal y estético, sino que por encima de eso busca destrozar esos muros que han mantenido oprimidos a los indígenas por tanto tiempo. Es así como Arguedas lucha por la preservación de la pluriculturalidad y multilingüismo en el Perú empleando en sus obras las dos lenguas de las cuales él tiene conocimiento y que no busca imponer una encima de la otra, sino que trata de que éstas traten de complementarse, pues si bien son lenguas distintas, ambas muestran una sola sensibilidad, la del peruano.
A lo largo de toda la carrera literaria de José María Arguedas, él recogió fuentes orales indígenas como cantos, mitos, cuentos populares, etc, para ponerlas de manifiesto a través de los géneros occidentales como la novela, el cuento y el ensayo. Sus textos están caracterizados por la presencia de lenguas y culturas. A éste gran hombre se le considera como un traductor cultural, pues si bien trabajo con la diversidad de culturas que hay en nuestro país, en ningún momento trato de que una esté por encima de la otra, sino que de alguna forma traten de ser similares al ser traducidas a una de ellas. Es precisamente esa naturaleza bilingüe y multicultural de Arguedas lo que lo lleva y lo legitima como traductor cultural, lo que da muchas probabilidades de que sea éste el camino para salvar esa distancia grande que separa a las lenguas y culturas contrapuestas entre sí mismas.
José María optó por esa traducción, debido a que mediante ella pudo representar la lucha de los indígenas y mestizos por ser escuchados y que oigan sus protestas esos hombres que solo se ocupan y preocupan por la modernización de su país. A la vez emplea sus propias vivencias como un pequeño puentecillo que permita unir el mundo quechua y español, y si no los puede unir del todo al menos que no permita su rompimiento.
El mensaje de Arguedas era uno solo: el proyecto de su vida y de su obra en uno solo. Lo primero que deseaba era la reivindicación de la cultura quechua que por tanto tiempo había sido aislada de las demás, y como segundo punto quería que haya un diálogo entre los distintos “Perús” que habitan un mismo Perú, especialmente entre los de la clase criolla y la indígena, ya que entre ellos siempre ha habido una serie de acontecimientos que los ha mantenido distanciados, pues siempre la clase criolla estuvo por encima de la indígena a los cuáles los utilizaba para que les sirvieron a ellos, es decir como empleados, a la vez que los indígenas recibían constante maltrato por parte de ellos, no los consideraban en nada, si gobernaban era en beneficio de ellos mismos y no de las clases pobres y bajas, se aprovechaban de ellos, los ignoraban, no los escuchaban, no lo consideraban como seres humanos sino como bestias que no sienten ni piensan, durante todos esos años de la historia peruana podemos evidenciar esas cosas, pues es raro que algún se haya preocupado por brindarle una mejor calidad de vida a los de la clase pobre, pues solo escuchaba las necesidades de la clase a la cual pertenecía, y sin querer ese hecho hizo que haya un mayor resentimiento de los indígenas por esas clases, creo que como cualquier persona tenían derecho a hacerse escuchar y que les recuerden que el Perú no solo es la costa, o Lima como casi siempre ha sido, sino que es la costa, la sierra y la selva que juntos forman este gran país, y si bien hay un gobierno que representa al pueblo, pues que realmente represente a todos y no a determinado sector social nada más. Ello también hizo que haya una amplia distancia entre dichas clases sociales.
Lo que Arguedas desea no es obligatoriamente que ambas clases vengan y se den un enorme abrazo y olviden sus rivalidades, porque eso no va a suceder, pues algo que caracteriza a los peruanos es que somos bien resentidos, no olvidamos fácilmente lo que anteriormente sucedió o nos hicieron, sino veamos nomás como nos comportamos con nuestros hermanos de Chile, si bien anteriormente hubo una fuerte rivalidad entre dichas naciones, lo pasado ya pasó y vivimos una época nueva donde debemos aprender a perdonar. José María Arguedas anhela que ambas clases sociales al menos mantengan el debido respeto el uno por el otro.
Algo así sucede con las diversas lenguas y culturas que hay en nuestro país, tal vez siempre velaron por ver quien se mantenía por encima de las demás, y eso fue un gravísimo error. Es que no se dan cuenta que juntos podemos ser más fuertes aún. Vivimos en una nación donde no solo predomina una sola cosa, sino que tenemos gran diversidad que ya quisieran otras naciones poseer, y nosotros que la tenemos no sabemos cuidarla, ni valorarla, ni conservarla. Debemos querer lo que tenemos en el Perú, si pensamos que unos son mejores que otro no vamos a llegar a ningún lado, pensemos que sin la existencia de una cultura o una lengua, el Perú simplemente no sería Perú.
Sabemos que José María Arguedas era una persona mestiza, que vivió en dos mundos diferentes, pero siempre le dio mayor interés al mundo andino debido a que era el más desvalorizado. Sus obras narrativas serían una apuesta por el diálogo como ya lo mencioné anteriormente, planteando directa o indirectamente el rol del indígena en aquella época que el mismo Arguedas vivió.
Ese interés de Arguedas por los indigenas nació desde que era muy pequeño, ya que estuvo bajo el cuidado de personas indígenas de la casa de su madrastra, y fueron ellos quienes le enseñaron la lengua, la música y las leyendas quechuas. Tal vez pensemos que la música no tiene nada de importancia en todo esto; pero nos equivocamos porque para Arguedas la música le sirvió de mucho debido a que mantuvo entrelazo aquello que estaba a punto o ya se encontraba desarticulado. También los sirvientes le enseñaron ese enorme amor por los Andes. Pero todo eso se acrecentó aún más cuando ya mayor empezó a viajar con sus padres y sus amigos por el interior del Perú, recogiendo y estudiando el folklore andino.
Arguedas le agradece a su madrastra los castigos que le daba porque lo mandaba a la cocina, y ahí aprendió a vivir y amar a los indígenas.
Hubo una época en que se dio el indigenismo, donde muchos autores colocaron al indígena como personaje central de sus obras, donde daban a conocer la “realidad” que vivían. Pero todo eso se ocasionó debido al levantamiento de los indígenas y la gente empezó a tenerle miedo. Es así como surge esa corriente.
También podemos a encontrar a Mariátegui que tomó algunas ideas de Manuel Gonzáles Prada y su discurso en el Politeama, donde dijo una gran verdad, el de la clase alta no es el que conforma el Perú, tampoco es el de la clase media, mucho menos los extranjeros el Perú lo conforma la gran masa de la clase indígena que por tantos años ha recibido constante maltrato por parte de los otros sectores sociales, y quien no ha dicho que esos sectores también no puede recibir el maltrato de los extranjeros.
Por otro lado le dieron un mayor realce al indígena, y Arguedas tomó las ideas de Mariátegui. Sin embargo, cuando Arguedas se enteró de lo que ocurría se molestó debido a que nos estaban presentando una imagen irreal del indígena, y él dijo que daría a conocer a las personas lo que realmente vive el hombre andino, sin ninguna mentira ni falsedad, todo con veracidad.
Ahí nos damos cuenta como otros escritores si bien colocaban la imagen del indígena dentro de sus obras como el principal, transformaban totalmente la forma de vida que llevaban. Está bien que el cuento narre cosas que no son del todo reales, pero en esa época se supone que manifestaban la condición en la que vivía el hombre andino para que la gente tenga una visión del ritmo de vida que llevaba, la explotación que recibían, el maltrato de los que eran víctimas, entre otras cosas que la gente, no toda, desconocía.
En su obra Arguedas hace un juego con el castellano y el quechua, ya que emplea ambas lenguas como parte de un diálogo. Eso lo podemos notar en su obra “Ríos profundos” donde el personaje principal dialoga con un muro incaico y habla en castellano pero también introduce algunas frases en quechua. Que bonito sería que en estos días utilicen esa estrategia también, cosa que nos permitiría tener más conocimiento sobre ese idioma. Cuantos hubiesen querido pertenecer a una gran civilización como la que nosotros tenemos, donde prácticamente todo era perfecto. Ya quisiera haber tenido la dicha de tener una historia como la nuestra, de tener la diversidad que solo nosotros tenemos en el mundo entero, diversidad que ninguna otra potencia mundial tiene y que anhela tener.
 Y aún así nos avergüenza, al contrario, debemos agradecer la raza de la que venimos, la cultura que nos dejaron, sus costumbres que hasta el día de hoy permanece, sus lenguas, una que otra tradición, sus leyendas tan maravillosas, sus hazañas, algunas virtudes, etc. Arguedas un tiempo dijo algo muy cierto: si se habla todo en castellano, no decimos absolutamente nada de nuestro mundo interior porque el mestizo aún no ha logrado dominar el castellano como su idioma, y si se escribe en quechua se estaría haciendo literatura estrecha y condenada con muchas probabilidades al olvido. Y más aún en estos tiempos donde todo ha cambiado, y bueno fuera que cambie para positivo; sino todo lo contrario. Creo que eso es uno de los fines por lo cual han dejado este trabajo: que la comunidad peruana de hoy tome conciencia.
José María, poseía un estilo antiguo y su obra trata de implicar lo poético, con lo social y cultural, proponiendo nuevos enfoques en una nación donde hay mucha diversidad pero a la vez hay hostilidades y discriminaciones entre unos y otros. Tal vez el mestizaje para Arguedas estuvo por encima de todo porque buscaba que haya una igualdad entre todas las personas del Perú, y no que haya esa desigualdad que hasta nuestros días permanece donde unos salen más beneficiados que otros a raíz del sacrificio de la mayoría.
“He sentido que no sirvo para nada”, escribió Arguedas en uno de sus diarios luego de haber sido fustigado por la crítica por su novela Todas las sangres. Que esta obra no haya sido entendida como él hubiera esperado lo llevó a sentir que sus esfuerzos por reflejar el Perú fueron inútiles. Sin embargo, para hablar sobre nuestra diversidad cultural solemos decir que somos un país de ‘todas las sangres’ y el propio Mario Vargas Llosa quien escribió un ensayo no muy elogioso sobre su obra usó la expresión en su discurso de aceptación del Nobel.
Lo que hoy en día Arguedas nos deja es algo que debemos valorarlo mucho. Ese problema no lo hemos resuelto hasta el día de hoy, y tampoco sabemos si podremos hacerlo. Ese encuentro entre lo hispano y lo indígena, lo viejo y lo nuevo. En realidad, el problema es que está en nosotros el deber de resolverlo.
Podemos decir que Arguedas es el Guamán Poma de Ayala de ese entonces, que termina traduciendo y recreando el quechua y el español. Su obra crea sus propios precursores y define un modelo de novela transcultural. La atención que da Arguedas al detalle etnológico fue bastante intensa, su entendimiento y comprensión de las variaciones entre la gente andina fueron profundos.
Si bien es cierto que por aquellas épocas de desarrolló una rivalidad entre los escritores costeños y serranos, defendiendo lo hispano e indígena respectivamente, Arguedas no perteneció a ninguno de los dos extremos ya que el se encuentra posicionado entre ambos mandos, debido a que siempre estuvo al tanto del desarrollo de éstas dos grandes culturas: la occidental y la indígena. A consecuencia de los traumas que vivió durante su infancia y decepcionado del nivel político del Perú, intento suicidarse una primera vez y fallo; pero luego vuelve a intentarlo pegándose un tiro en la cabeza, falleciendo así cuatro días después.
Para finalizar podemos decir que José María Arguedas fue uno de los escritores andinos más importantes de América ya que siempre mantuvo por delante su humildad y el gran cariño que tubo hacia los indígenas, a pesar de ser un hombre que ah sufrido mucho durante su infancia pudo dejarnos muchas joyas literarias en sus obras como la de “Todas las Sangres”, “el zorro de arriba y el zorro de abajo”, “yawar fiesta”, “ríos profundos”, etc. Por encima de que haya sido profesor, escritor, poeta, narrador, ensayista, viajero, antropólogo quiso dejar como legado el mismo mensaje: la reivindicación de la cultura andina o quechua, y que como buen mestizo que era, se pueda dar la articulación entre esos dos mundos que habían en su país el hispano en unión al criollo contra el de origen indígena. Ahora está en nosotros que ese sueño de Arguedas se pueda cumplir.

TODAS LAS CULTURAS, TODOS LOS PERUANOS

«Yo no soy un aculturado; yo soy  un peruano que orgullosamente, como un demonio feliz, habla en cristiano y en indio,  en español y en quechua»         
 (Fragmento del discurso de Arguedas en la entrega del premio Inca Garcilaso de la Vega).

Arguedas quiso reivindicar la cultura quechua, pero con el paso de los años tuvo que incluir la cultura española que intervino en la formación de nuestro país.  Nacido en una cuna bilingüe, Arguedas era privilegiado por hablar tanto en castellano como en quechua, sin embargo siempre mostró un cariño muy especial por la lengua indígena, considerada por él mismo como su lengua materna; se sentía  miembro de las comunidades de indios, que desde pequeño lo envolvieron en la tradición oral, ancestral de los apus y lo albergaron en su seno.
A lo largo de toda la carrera literaria de José María Arguedas, él recogió fuentes orales indígenas (como cantos, mitos, cuentos populares, etc.) para ponerlas de manifiesto a través de los géneros occidentales como la novela, el cuento y el ensayo. Sus textos están caracterizados por la presencia de lenguas y culturas. A éste gran hombre se le considera como un traductor cultural, pues si bien trabajó con la diversidad de culturas que hay en nuestro país, en ningún momento trato de que una esté por encima de la otra, sino que de alguna forma traten de ser similares al ser traducidas a una de ellas. Es precisamente esa naturaleza bilingüe y multicultural de Arguedas lo que lo lleva y lo caracteriza como traductor cultural, lo que da muchas probabilidades de que sea éste el camino para salvar esa distancia grande que separa a las lenguas y culturas contrapuestas entre sí mismas.
Si bien nosotros hablamos el castellano y a veces nos resulta tan difícil expresar todo lo que sentimos, los quechuas hablantes no se alejan de ésta realidad a la cual muchos mostramos indiferencia. Resulta extraño poder expresar todo un mundo interior en una lengua desconocida y alienada. Donde los propios integrantes han menospreciado su legado cultural y la riqueza que éste les ofrece con sus costumbres, tradiciones e idioma.
Muchas veces Arguedas reflexionó sobre cómo la sociedad dejaba de lado algo que era propiamente de cada uno de nosotros, nuestra lengua amerindia,  el conflicto lingüístico no era solución de días, era algo que tenía que incentivarse y motivarse a las generaciones venideras.
Lo cual lo llevó a representar y considerar a nuestra cultura, en casi todas sus obras, donde Arguedas trata de unificar esos dos mundos que viven tan cerca pero a la vez una gran brecha los separa, esa barrera denominada como desintegración y estrato social.
``Agua´´  narra la constante lucha entre indios y blancos en medio de los Andes peruanos, por el hecho del uso del agua de una laguna. Ante lo cual las autoridades locales son amenazadas por el gamonal al intentar restaurar el orden solidario entre los comuneros.
Es así, que en su afán de poder expresar el sentimiento andino en castellano, en su cuento `` Agua´´ narra el conflicto de un mestizo, que tiene que aprender a la fuerza el castellano, ya que no encuentra otra salida.

A José María Arguedas le gustaba ficcionalizar de acuerdo a su propia experiencia. Por ello, en su trayectoria literaria podemos saber más sobre su vida e interactuar de una forma más realista e íntima.
Huérfano desde los tres años y quedando al cuidado de su madrastra, en sus memorias afirma:“Voy a hacerles una curiosa confesión: yo soy hechura de mi madrastra. (...) (Ella) tenía el tradicional menosprecio e ignorancia de lo que era un indio y como a mí me tenía tanto desprecio y tanto rencor como a los indios, decidió que yo había de vivir con ellos (...) Los indios vieron en mí como si fuera uno de ellos, con la diferencia de que por ser blanco acaso necesitaba más consuelo que ellos.” (Arguedas, 1965)
Arguedas tendría con su madrastra y hermanastro una relación llena de tensiones y conflictos que marcarán el resto de su vida y que serán recordados en más de una ocasión en sus novelas y relatos.
En este momento Arguedas tiene los primeros encuentros cercanos a una cultura distinta de la que él provenía, la confusión lo embargaba, no sabía si hacía bien defendiendo a los indios de la que era su raza o sentirse parte de los indios cuando ellos eran tan diferentes a él. Pues los indios le habían brindado la confianza y el cariño que por parte de su madrastra nunca lo obtuvo.
Es un hecho que no le permite identificarse correctamente entre el mundo que su padre le presentó y este nuevo mundo que descubría frente a los sirvientes.
Pero habían sido los sirvientes quienes lo albergaban cuando su madrastra los excluía y su hermanastro se mostraba violento, habían sido esos indios quienes le habían servido muchas veces de maestros y guías, a ellos se les atribuye la corriente literaria que Arguedas plasmó en cada una de sus obras. Desde ``Agua´´ hasta ``El Zorro de arriba y el zorro de abajo´´ , Arguedas siempre plasmó con mucha sinceridad el papel protagónico que tubo la cultura andina en su vida.
La hacienda de Viseca descrita en los cuentos de ``Agua´´, ciudades como Puquio en ``Yawar Fiesta´´, Abancay y los pueblos de la sierra peruana en ``Los ríos profundos´´, Lima en ``El Sexto´´ o el puerto de Chimbote en ``El zorro de arriba y el zorro de abajo´´ conformarán sus espacios para recrear cada una de las historias.
Si ya los espacios tenían mucho que ver con los lugares donde él estuvo, mucho más los personajes, libretos que dieron en el blanco con las etapas por las que Arguedas atravesaba en esos momentos.
Ernesto, personaje principal de algunos cuentos  de Agua (el que da nombre al libro y el titulado «Warma kuyay»), y también el protagonista de la novela ``Los ríos profundos´´. Otros ``yo´´ del autor se harán perceptibles en el personaje de Juan, del cuento «Los escoleros» (Agua); o en Santiago, el motor de la acción de los relatos de  Amor mundo.
Estos son ejemplos en los que José María se va implicando cada vez más en la misma realidad que la de sus personajes, todos hijos de un misti y que han sido criados por los sirvientes.
Sirvientes como Don Felipe Maywa y don Víctor Pusa serán mencionados en ``Los ríos profundos´´ con el fin de homenajear los valores humanos que le trasmitieron durante su estancia en Viseca y en Utek.
 También será recordado, pero desde la amargura en este caso, la experiencia traumática que vivió con su hermanastro Pablo Pacheco y que relatará en el cuento «El horno viejo» de  Amor mundo: en el citado relato el protagonista es obligado por un  misti a acompañarlo en un intento de seducción. Esta misma vivencia, pero con sutiles matices, ya había sido recreada en uno de sus primeros cuentos, en «Warma  kuyay», y repetida en otro relato,`` Amor mundo´´, «Don Antonio».

Cada obra ni es más ni menos significativa que la siguiente, pero ``Yawar fiesta´´ se consagra como la obra cumbre de la supremacía del indio sobre el poderío español que trataba de imponerse en todo menos en sus tradiciones.
En ``Yawar fiesta´´ el autor escribe desde un punto de vista antropológico en donde se aprecia el proceso de transculturación hispano- indígena en la ciudades serranas, un hecho que de manera singular cambiará la cosmovisión andina. Los primeros capítulos nos brindan el marco histórico de la sistemática e inescrupulosa apropiación de parte de los mistis, aprovechándose de la ignorancia de la gente, de las zonas de cultivo y pastoreo de los nativos andinos. Los indígenas hallándose desprovistos de sus recursos de subsistencia y careciendo de todo apoyo de las autoridades fueron forzados a la pobreza y humillación. Con la llegada de una clase de potentados, en la ciudad de Puquio comenzaron a convivir indígenas, mestizos y blancos. Estas clases en escasos eventos se mezclaban, con excepción de la fiesta indígena ``Turupukllay´´, donde todo el poblado concurría a celebrar una especie de corrida de toro. Esta convivencia, al parecer pacífica, se interrumpe cuando el nuevo subprefecto trata de instaurar medidas más civilizadas. Esta resolución incita conflictos que dividen a los puquieños entre aquellos que querían preservar una tradición autóctona y los que, por congraciarse con las autoridades y en nombre del desarrollo, quieren cambiar las prácticas festivas. 
Pero el pueblo sigue recio en su costumbre y a pesar de la orden mandada desde la capital, todos ellos realizan la ``corrida india´´ en frente de las autoridades locales, imponiendo así su tradición.
Arguedas no menciona nada sobre el cóndor montado en el lomo del toro, pero la imagen es clara y precisa, el poder indígena ha superado el yugo español.
Pero en   ``Los ríos profundos´´ es cuando José María Arguedas logra la plena integración de ambas culturas: la española y la quechua. A partir de una serie de imágenes que el autor incluye en el primer capítulo podemos llegar a la conclusión de que Arguedas aboga por un Perú mestizo, fuertemente cargado de herencia indígena, pero también con presencia de lo hispánico: el muro incaico y la María Angola, el Viejo y el adolescente Ernesto, el pongo y el Cristo de la Catedral.
La sistemática desaparición de las Comunidades Indígenas peruanas ante el expansionismo de las multinacionales norteamericanas; hechos inscritos en la aguda desintegración de la Clase Terrateniente y el derrumbe de la hacienda feudal andina por la introducción de relaciones de producción de tipo capitalista. ``Todas las sangres´´  intenta ofrecernos una visión totalizadora de la situación social, política, cultural y económica de Perú mediante un esquema ficcional en el que se entremezclan la realidad y la utopía. Trata de unificar un Perú que en esos momentos está ligado a distinto cambios.
Por último ``El zorro de arriba y el zorro de abajo´´. La novela se desarrolla en el costeño puerto de Chimbote, ejemplo del nuevo Perú y a su vez un universo degradado por las constantes transformaciones industriales que han traído consigo la desintegración social y cultural de los indios y de los sectores marginados, esta obra nos habla sin pelos en la lengua de la diferencia entre la sierra (el zorro de arriba) y la costa (el zorro de abajo).

La verdadera fuerza y originalidad de la narrativa de José  María Arguedas, no residen en sus conocimientos literarios sino de la utilización que él hace de sus estudios etnológicos y antropológicos, así como de la aplicación de estos a su narrativa,  y es que el autor de Los ríos profundos estuvo siempre al tanto de los avances de estas disciplinas. Asimismo, fueron estas investigaciones, las que lo formaron como docente e investigador, y lo ayudaron a comprender la cultura quechua y a tener la voluntad para transformarlos  en literatura.
El trabajo de Arguedas en todas sus obras no es una forma de criticar las demás culturas sino, reconocer la cultura matriz de la cual nosotros, todos los peruanos somos los llamados a preservar y defender.
Arguedas insistirá en la integración de las dos culturas principales del Perú, la de la sierra y la de la costa, y también en otra de orden superior, la quechua y la española.

LA AGONÍA DEL ESCRITOR

``Escribimos por amor, por goce o por necesidad, no por oficio. O particularmente, porque si ya no escribo o publico, me pego un tiro.´´

En este fragmento del primer diario de una de sus obras magistrales: ‘’El zorro de arriba y el zorro de abajo´´ José María Arguedas se descubre ante sus lectores y logramos conocerlo íntimamente, más que al escritor, reconocemos a ése ser humano que habita en aquel cuerpo lúgubre y alma sensible.
Existe una interacción entre los diarios incluidos en la obra, ya que en el primer diario José María nos confiesa su intento fallido de suicidio en Abril del 66, y a raíz de esto se sentirá nuevamente motivado para volver a escribir. Pero a lo largo de la novela, José María escribe los diarios cuando la depresión lo vuelve a embargar y la angustia que lleva por dentro  siente que no lo deja continuar
En el proceso en el que escribe el primer diario, Arguedas siente que ha perdido el don de escribir, se siente inútil y eso lo lleva a planear nuevas formas de quitarse la vida, pero en un determinado momento un amor fugaz lo hará revivir.                                     Es este instante cuando surge el segundo diario, ha cambiado de actitud y tiene un nuevo proyecto en manos que lo hace desistir y por un momento aplazar sus planes de muerte.                                                                                                                                   Decide iniciar su nuevo proyecto, refiriéndose a dos mundos distintos, tan cercanos como lejanos, el zorro de arriba - representado por los andes -  y el zorro de abajo - representado por la costa-.
Arguedas narra las vivencias de estos dos mundos, el zorro de abajo le cuenta como es la vida en Chimbote al zorro de arriba. No hace falta estar en el lugar, la descripción es tan precisa y eficaz que podemos imaginarnos en medio de la madrugada, el movimiento de la ciudad-puerto entre el caos popular de los mercados, los pescadores y las bolicheras, especialmente la ``Sansón I´´ tocando puerto.
Cuenta las faenas y el trabajo férreo que los pescadores día a día desempeñan, pero no todo es trabajo hay momentos de diversión, y bien que los pesadores saben cómo divertirse en las cantinas
La naturalidad y el uso de un lenguaje popular (puede decirse hasta vulgar y obsceno) de barriada y malecones es la imagen auténtica con el que los personajes se desenvuelven, nos sumergen aún más en la obra por acercarnos a la realidad y no irse mucho a la ficción, cabe resaltar que cada uno de los personaje tiene una característica especial con la que podemos comparar e identificar a cualquier persona de nuestro entorno lo que hace de esta obra, algo muy cercano a la sociedad pesquera de aquella cuidad.
Por otra parte José María, incide nuevamente en el tema del capitalismo (como en ``Todas las sangres´´), cómo  es que este modelo económico ha influenciado a nuestro país y a Chimbote, que en tan pocos años fue creciendo gracias a la industria de la harina de pescado, haciendo que la  explotación de las anchovetas sea tan parecida a la de los indígenas.
Sin embargo la novela se ve interrumpida por un tercer diario, donde existe una lucha constante entre la vida y la muerte, en este tercera parte la novela sufre una ficción muy bien camuflada y sobrentendida.
Por último, el diario final, donde se da por concluido el proceso y al parecer ``Escribir hasta la saciedad no logró su sanidad´´(“Escribo estas páginas porque seme ha dicho hasta la saciedad que si logro escribir recuperaré la sanidad.)

Puso fin a su vida de un disparo en la sien, en el claustro de la Universidad de San Marcos de Lima, de la que era catedrático de Antropología.
Su suicidio fue elaborado minuciosamente en avisos previos, diarios, cartas y finalmente se produjo el 28 de noviembre de 1969.

Muchos pudieron criticar este hecho, pero habría que haber estado sumergidos en la depresión en la que él se encontraba, como para poder entender el porqué de su decisión.
Yo no me atrevo a juzgar su acción, simplemente a decir que Dios es el único juez de la vida y solo él sabrá cómo pesar nuestras almas.