jueves, 4 de agosto de 2011

TODAS LAS CULTURAS, TODOS LOS PERUANOS

«Yo no soy un aculturado; yo soy  un peruano que orgullosamente, como un demonio feliz, habla en cristiano y en indio,  en español y en quechua»         
 (Fragmento del discurso de Arguedas en la entrega del premio Inca Garcilaso de la Vega).

Arguedas quiso reivindicar la cultura quechua, pero con el paso de los años tuvo que incluir la cultura española que intervino en la formación de nuestro país.  Nacido en una cuna bilingüe, Arguedas era privilegiado por hablar tanto en castellano como en quechua, sin embargo siempre mostró un cariño muy especial por la lengua indígena, considerada por él mismo como su lengua materna; se sentía  miembro de las comunidades de indios, que desde pequeño lo envolvieron en la tradición oral, ancestral de los apus y lo albergaron en su seno.
A lo largo de toda la carrera literaria de José María Arguedas, él recogió fuentes orales indígenas (como cantos, mitos, cuentos populares, etc.) para ponerlas de manifiesto a través de los géneros occidentales como la novela, el cuento y el ensayo. Sus textos están caracterizados por la presencia de lenguas y culturas. A éste gran hombre se le considera como un traductor cultural, pues si bien trabajó con la diversidad de culturas que hay en nuestro país, en ningún momento trato de que una esté por encima de la otra, sino que de alguna forma traten de ser similares al ser traducidas a una de ellas. Es precisamente esa naturaleza bilingüe y multicultural de Arguedas lo que lo lleva y lo caracteriza como traductor cultural, lo que da muchas probabilidades de que sea éste el camino para salvar esa distancia grande que separa a las lenguas y culturas contrapuestas entre sí mismas.
Si bien nosotros hablamos el castellano y a veces nos resulta tan difícil expresar todo lo que sentimos, los quechuas hablantes no se alejan de ésta realidad a la cual muchos mostramos indiferencia. Resulta extraño poder expresar todo un mundo interior en una lengua desconocida y alienada. Donde los propios integrantes han menospreciado su legado cultural y la riqueza que éste les ofrece con sus costumbres, tradiciones e idioma.
Muchas veces Arguedas reflexionó sobre cómo la sociedad dejaba de lado algo que era propiamente de cada uno de nosotros, nuestra lengua amerindia,  el conflicto lingüístico no era solución de días, era algo que tenía que incentivarse y motivarse a las generaciones venideras.
Lo cual lo llevó a representar y considerar a nuestra cultura, en casi todas sus obras, donde Arguedas trata de unificar esos dos mundos que viven tan cerca pero a la vez una gran brecha los separa, esa barrera denominada como desintegración y estrato social.
``Agua´´  narra la constante lucha entre indios y blancos en medio de los Andes peruanos, por el hecho del uso del agua de una laguna. Ante lo cual las autoridades locales son amenazadas por el gamonal al intentar restaurar el orden solidario entre los comuneros.
Es así, que en su afán de poder expresar el sentimiento andino en castellano, en su cuento `` Agua´´ narra el conflicto de un mestizo, que tiene que aprender a la fuerza el castellano, ya que no encuentra otra salida.

A José María Arguedas le gustaba ficcionalizar de acuerdo a su propia experiencia. Por ello, en su trayectoria literaria podemos saber más sobre su vida e interactuar de una forma más realista e íntima.
Huérfano desde los tres años y quedando al cuidado de su madrastra, en sus memorias afirma:“Voy a hacerles una curiosa confesión: yo soy hechura de mi madrastra. (...) (Ella) tenía el tradicional menosprecio e ignorancia de lo que era un indio y como a mí me tenía tanto desprecio y tanto rencor como a los indios, decidió que yo había de vivir con ellos (...) Los indios vieron en mí como si fuera uno de ellos, con la diferencia de que por ser blanco acaso necesitaba más consuelo que ellos.” (Arguedas, 1965)
Arguedas tendría con su madrastra y hermanastro una relación llena de tensiones y conflictos que marcarán el resto de su vida y que serán recordados en más de una ocasión en sus novelas y relatos.
En este momento Arguedas tiene los primeros encuentros cercanos a una cultura distinta de la que él provenía, la confusión lo embargaba, no sabía si hacía bien defendiendo a los indios de la que era su raza o sentirse parte de los indios cuando ellos eran tan diferentes a él. Pues los indios le habían brindado la confianza y el cariño que por parte de su madrastra nunca lo obtuvo.
Es un hecho que no le permite identificarse correctamente entre el mundo que su padre le presentó y este nuevo mundo que descubría frente a los sirvientes.
Pero habían sido los sirvientes quienes lo albergaban cuando su madrastra los excluía y su hermanastro se mostraba violento, habían sido esos indios quienes le habían servido muchas veces de maestros y guías, a ellos se les atribuye la corriente literaria que Arguedas plasmó en cada una de sus obras. Desde ``Agua´´ hasta ``El Zorro de arriba y el zorro de abajo´´ , Arguedas siempre plasmó con mucha sinceridad el papel protagónico que tubo la cultura andina en su vida.
La hacienda de Viseca descrita en los cuentos de ``Agua´´, ciudades como Puquio en ``Yawar Fiesta´´, Abancay y los pueblos de la sierra peruana en ``Los ríos profundos´´, Lima en ``El Sexto´´ o el puerto de Chimbote en ``El zorro de arriba y el zorro de abajo´´ conformarán sus espacios para recrear cada una de las historias.
Si ya los espacios tenían mucho que ver con los lugares donde él estuvo, mucho más los personajes, libretos que dieron en el blanco con las etapas por las que Arguedas atravesaba en esos momentos.
Ernesto, personaje principal de algunos cuentos  de Agua (el que da nombre al libro y el titulado «Warma kuyay»), y también el protagonista de la novela ``Los ríos profundos´´. Otros ``yo´´ del autor se harán perceptibles en el personaje de Juan, del cuento «Los escoleros» (Agua); o en Santiago, el motor de la acción de los relatos de  Amor mundo.
Estos son ejemplos en los que José María se va implicando cada vez más en la misma realidad que la de sus personajes, todos hijos de un misti y que han sido criados por los sirvientes.
Sirvientes como Don Felipe Maywa y don Víctor Pusa serán mencionados en ``Los ríos profundos´´ con el fin de homenajear los valores humanos que le trasmitieron durante su estancia en Viseca y en Utek.
 También será recordado, pero desde la amargura en este caso, la experiencia traumática que vivió con su hermanastro Pablo Pacheco y que relatará en el cuento «El horno viejo» de  Amor mundo: en el citado relato el protagonista es obligado por un  misti a acompañarlo en un intento de seducción. Esta misma vivencia, pero con sutiles matices, ya había sido recreada en uno de sus primeros cuentos, en «Warma  kuyay», y repetida en otro relato,`` Amor mundo´´, «Don Antonio».

Cada obra ni es más ni menos significativa que la siguiente, pero ``Yawar fiesta´´ se consagra como la obra cumbre de la supremacía del indio sobre el poderío español que trataba de imponerse en todo menos en sus tradiciones.
En ``Yawar fiesta´´ el autor escribe desde un punto de vista antropológico en donde se aprecia el proceso de transculturación hispano- indígena en la ciudades serranas, un hecho que de manera singular cambiará la cosmovisión andina. Los primeros capítulos nos brindan el marco histórico de la sistemática e inescrupulosa apropiación de parte de los mistis, aprovechándose de la ignorancia de la gente, de las zonas de cultivo y pastoreo de los nativos andinos. Los indígenas hallándose desprovistos de sus recursos de subsistencia y careciendo de todo apoyo de las autoridades fueron forzados a la pobreza y humillación. Con la llegada de una clase de potentados, en la ciudad de Puquio comenzaron a convivir indígenas, mestizos y blancos. Estas clases en escasos eventos se mezclaban, con excepción de la fiesta indígena ``Turupukllay´´, donde todo el poblado concurría a celebrar una especie de corrida de toro. Esta convivencia, al parecer pacífica, se interrumpe cuando el nuevo subprefecto trata de instaurar medidas más civilizadas. Esta resolución incita conflictos que dividen a los puquieños entre aquellos que querían preservar una tradición autóctona y los que, por congraciarse con las autoridades y en nombre del desarrollo, quieren cambiar las prácticas festivas. 
Pero el pueblo sigue recio en su costumbre y a pesar de la orden mandada desde la capital, todos ellos realizan la ``corrida india´´ en frente de las autoridades locales, imponiendo así su tradición.
Arguedas no menciona nada sobre el cóndor montado en el lomo del toro, pero la imagen es clara y precisa, el poder indígena ha superado el yugo español.
Pero en   ``Los ríos profundos´´ es cuando José María Arguedas logra la plena integración de ambas culturas: la española y la quechua. A partir de una serie de imágenes que el autor incluye en el primer capítulo podemos llegar a la conclusión de que Arguedas aboga por un Perú mestizo, fuertemente cargado de herencia indígena, pero también con presencia de lo hispánico: el muro incaico y la María Angola, el Viejo y el adolescente Ernesto, el pongo y el Cristo de la Catedral.
La sistemática desaparición de las Comunidades Indígenas peruanas ante el expansionismo de las multinacionales norteamericanas; hechos inscritos en la aguda desintegración de la Clase Terrateniente y el derrumbe de la hacienda feudal andina por la introducción de relaciones de producción de tipo capitalista. ``Todas las sangres´´  intenta ofrecernos una visión totalizadora de la situación social, política, cultural y económica de Perú mediante un esquema ficcional en el que se entremezclan la realidad y la utopía. Trata de unificar un Perú que en esos momentos está ligado a distinto cambios.
Por último ``El zorro de arriba y el zorro de abajo´´. La novela se desarrolla en el costeño puerto de Chimbote, ejemplo del nuevo Perú y a su vez un universo degradado por las constantes transformaciones industriales que han traído consigo la desintegración social y cultural de los indios y de los sectores marginados, esta obra nos habla sin pelos en la lengua de la diferencia entre la sierra (el zorro de arriba) y la costa (el zorro de abajo).

La verdadera fuerza y originalidad de la narrativa de José  María Arguedas, no residen en sus conocimientos literarios sino de la utilización que él hace de sus estudios etnológicos y antropológicos, así como de la aplicación de estos a su narrativa,  y es que el autor de Los ríos profundos estuvo siempre al tanto de los avances de estas disciplinas. Asimismo, fueron estas investigaciones, las que lo formaron como docente e investigador, y lo ayudaron a comprender la cultura quechua y a tener la voluntad para transformarlos  en literatura.
El trabajo de Arguedas en todas sus obras no es una forma de criticar las demás culturas sino, reconocer la cultura matriz de la cual nosotros, todos los peruanos somos los llamados a preservar y defender.
Arguedas insistirá en la integración de las dos culturas principales del Perú, la de la sierra y la de la costa, y también en otra de orden superior, la quechua y la española.

1 comentario:

  1. Las obras de Arguedas no solo son de esos libros que se guardan en un biblioteca, sus obras marcan la diferencia entre los demás, no solo por su mensaje, si no también por que nos hizo entender que el color de piel o la cantidad de dinero no nos hace mejores que los demás, porque SOMOS TODAS LAS SANGRES ^^♥

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